Enseñar a Amar desde pequeños

La palabra Amor me parece que está infravalorada, parece que da miedo Amar, que da miedo decirlo, transmitirlo, exponerlo. Miedo a que nos puedan hacer daño. Miedo a que nos tomen el pelo. Miedo a que pueda gastarse.

El Amor no se gasta, el Amor no se acaba, el Amor se transforma en un Amor mayor siempre que nosotros queramos, el Amor no tiene excusas, porque el  Amor está, siempre está ahí y yo lo veo.
Hay amores grandes, medianos y pequeños, hay medidas para amar y hay límites al Amor, pero debemos enseñar a Amar sin miedo, sin remordimientos, sin cargo de conciencia, sin esperar en ese mismo instante, recibir la misma cantidad de Amor. Ese Amor nos llegará multiplicado, justo cuando la vida así nos lo muestre.

Son esos amores que nos enseñan a sentir puros y limpios desde pequeñitos. Son esos amores incondicionales que salen sin más, que están ahí. Y yo como digo, tengo la suerte de verlo a diario, son amores puros y alegres, y deberíamos practicarlos a diario, yo sinceramente pienso que muchas cosas podrían cambiar.

Nos afanamos en buscar la felicidad que no tenemos, en leer por todos lados, en buscar en Google: “Cómo ser feliz”. Pero la felicidad no está ahí fuera de nosotros, está en nosotros y sólo hay que tener claro con qué quiero yo ser feliz, con lo que tengo o con lo que no tengo. Es evidente que con lo que no tengo nunca lo conseguiré, sólo con lo que tengo, así que…

Tengo la suerte de tener dos hijos maravillosos y un par de sobrinos que son una delicia, y es que me derrito al ver el amor que hay entre ellos, ese amor sincero que sienten y que sale solito, sin pedirlo, sin reservas. Mi hijo y su primo cuando se ven, se dan tal que cual este pedazo de abrazo!! Y esta instantánea que tomé cuando íbamos a la Feria,  la podría tomar todos los días que se ven, que son muchos!! Increíble, ¿no?


Y es que se miran y se sonríen! Jolines, no sólo te abrazo, sino que encima te miro y te sonrío, te demuestro que “ERES IMPORTANTE PARA MI”.

Ese amor se enseña desde pequeñitos y sí, el amor se enseña, al igual que el odio, el rencor o la pasión por hacer las cosas bien hechas. El amor sincero se educa y eso se hace en el seno de la familia.

Nuestros hijos necesitan sentir unos pilares fuertes a los que agarrarse, unos pilares que no se tambalean ni se van a quitar para poner otros a la primera de cambio, unos pilares que los harán crecer en el amor al prójimo y a ellos mismos: el Amor, la Compasión y el Respeto.

Para mí es fundamental que mis hijos sientan amor por ellos mismos y por las personas que le rodean, que amen profundamente a cada miembro de su familia, para así ser compasivos con el dolor de los demás y a la vez respeten cada uno de los pasos que den y les enseñen a dar. Luego está el juicio personal y guiado, no a lo loco, primero mentorizado por un mayor y luego de base para el resto de su vida, que será totalmente individual.

La fortaleza interior de mis hijos, está basada en las risas, los llantos, los retos, las alegrías y las sorpresas del día a día, en el amor profundo, ese amor que abraza y que a la vez les corrige. Ese Amor que les besa y les cura y le cuenta miles de cuentos antes de caer rendidos en un sueño profundo. Ese Amor que les deja sin móvil o sin helado porque  no se han portado como deberían.

Para mí es necesario que sean unas personas piadosas, que sientan que el dolor de los demás también es suyo, porque el mundo necesita personas inteligentes y fuertes, con ambiciones y grandes metas en la vida, pero también personas piadosas y compasivas, que sepan Amar.


Al igual que les examinan en el cole de matemáticas, lengua, sociales… examina la mirada de tu hijo y de tu hija, para ver si hay amor en ella, si no lo hay… Enséñales a Amar porque a Amar se enseña desde pequeñitos!! Porque luego ellos van a ser los que te recuerden cómo Amar cuando tengas dudas... 

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