La gran aventura de vivir cada día siendo madre



Ser madre es una aventura y es increíble. Y como todas las aventuras increíbles, tiene sus partes maravillosas y extraordinarias y sus anécdotas… y déjame decirte que las que yo vivo a diario, son asombrosas!!!

Por eso me encanta. Así que vivo la maternidad al rumbo que ella misma me va marcando. 
Ha llegado un momento en mi vida, que a los 40 me he planteado vivirla de manera relajada, disfrutando cada segundo de la experiencia y compartirla con otras madres que puedan encontrarse en mi misma situación. Dejar de luchar contracorriente pensando que se me pasa el arroz profesional, anda ya! ¿Y lo que estoy aprendiendo de la mano de mis hijos en esta etapa indescriptible? Eso no me lo quita nadie o como se suele decir: "Que me quiten lo bailao".

Hace ya casi 8 años que nació mi hijo y casi 5 mi hija, y me he dado cuenta de que el empleo que me viene al dedillo como un dedal, es el de ser madre. Donde más aprendo, planifico, organizo, comunico, escribo, dibujo, redacto, leo, difundo, hago montajes de fotos y vídeos... Es en mi profesión de madre. 

Increíblemente lo abarcamos todo las madres, igual que hicieron las nuestras. Y lo hacemos mejor o peor, pero lo hacemos, así que he decidido ser madre la mamá piruleta, la mamá que da besos infinitos y aplasta la mejilla de sus hijos un rato laaaargo, la mamá panadera que hace las mejores tartas, los mejores panes, los mejores gofres, la mamá que hace los mejores monstruos de tela! porque son los que ellos han dibujado, la mamá que mejor prepara las quedadas con los amigos, aunque acabe como recién salida de la jaula del león... he decidido ser la mamá que mima y que mola, porque es con mis dos enanos, con los que aprendo cosas verdaderamente increíbles, las que nunca imaginé que aprendería.

A veces pienso que el Estado debería pensarse muy seriamente contratarnos a las madres para cuidar a nuestros propios hijos y pagarnos un sueldo, ya que como nosotras, no los va a cuidar nadie. Con el mismo mimo y encima, molonas! Estamos aportando lo mejor de nosotras, de nuestro tiempo, de nuestras vidas, y estamos dejando nuestro mejor legado, nuestros hijos y el poder educarlos en todas aquellas cosas que no aprenden a no ser que les dediquemos nuestro tiempo, nuestro amor y nuestro cariño. La profesión más complicada y enrevesada, porque a veces los dilemas y decisiones que hay que tomar no son sencillas, pero en el fondo es la profesión más hermosa y que más satisfacciones nos va a dar al fin y al cabo.
Espero de corazón que todas las demás mamis expertas en darse trompazos contra las puertas a media noche cuando nuestros peques tienen pesadillas, que van pisando con los pies descalzos los caramelos que se han quedado derretidos en el suelo en veranito con el calorcito  o que han visto con pavor cómo la tortilla de patatas que haces a toda pastilla cae irremediablemente al suelo mientras se están sentando a la mesa muertos de hambre después del cole… me guíen y animen y sobre todo… nos mimemos y molemos mutuamente en este intento de compartir nuestras maravillosas aventuras de ser madre día a día!
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